Huertas escolares y familiares: un proyecto sostenible que favorece la calidad de vida

Huertas escolares y familiares: un proyecto sostenible que favorece la calidad de vida


Desde 2003, cuando se inauguró la Institución Educativa Oficial, IEO, La Leonera, en el corregimiento del mismo nombre, a 24 kilómetros del occidente de Cali, Luis Eduardo Córdoba Reina, docente y vecino del plantel, adelanta procesos formativos de siembra que redundan en alimentación saludable y en proyectos productivos para estudiantes y sus familias.

Rúgula, ají jalapeño, fresas, cebolla, lechuga, tomate cherry, zanahoria y rábano son algunas de las plantas que crecen en el suelo, modalidad de la agricultura denominada tradicional o convencional. Igualmente, el cultivo vertical en vasijas es la forma actual más utilizada en los huertos urbanos para el autoconsumo permitiendo racionar las áreas de una vivienda.

“El enfoque de la IEO tiene un objetivo muy claro: mostrar cómo podemos vivir de nuestros recursos naturales sin dañarlos o sobre explotarlos pensando que las próximas generaciones necesitan continuar haciendo lo mismo” explica Córdoba Reina y agrega: “nuestra propuesta pedagógica es de formación agropecuaria, agroambiental y agroindustrial, pero a la vez haciendo énfasis en la agricultura limpia, es decir, procesos orgánicos que desarrollan el concepto de reciclaje en función de hacer cultura ambiental”.

De esta manera, nació La granja escolar como laboratorio vivo para aportar a la seguridad alimentaria de los habitantes de la región, proyecto que integra las diversas áreas de conocimiento y provee a la comunidad educativa alimento variado, limpio y de calidad posibilitando a la vez ser fuente de trabajo, aprendizaje e ingresos económicos.

“Geometría y estadística las vinculamos a la granja escolar mediante la medición de áreas, pues cualquier siembra como la de maíz o tomate uno las maneja en cuadrados o rectángulos, lo cual permite que uno enseñe cómo se debe medir el área. También las matemáticas se aplican cuando recogen la siembra: se hace un conteo para manejar cantidades, rendimiento para el cálculo de porcentajes; igualmente, a través de mediciones, cálculo de presupuestos, etc.” señala Elsy Maribel Portilla, docente de matemáticas de la sede principal de la IEO La Leonera.

Esta iniciativa, también se ha adelantado en los hogares de las familias de los estudiantes y vecinos de la zona rural bajo el nombre de La huerta familiar como laboratorio vivo para aportar a la canasta familiar, proyecto que convoca a 23 familias de la zona aledaña al plantel educativo y que gracias a la siembra de otros tubérculos como cúrcuma, pepino dulce y arvejas ha posibilitado la creación de una asociación que vende en los mercados campesinos locales.

“Yo cultivo para saber qué echarles a las carnes, para preparar las ensaladas. Siembro, luego vuelvo a la huerta y arranco hojitas… eso me ha permitido ser agricultora. Me gusta mucho hacer esto porque yo quiero ser cocinera profesional y me encanta saber todos los ingredientes para las recetas” cuenta Alicia Pardo Ramírez, estudiante de grado sexto de la IEO La Leonera.

Y Jhon Jaime Pardo Molina, padre de Alicia, quien encontró en la agricultura una fuente de ingresos económicos y una forma de vida para alimentar el espíritu de él y su familia, manifiesta: “Nuestro emprendimiento se llama Tómate la miel, que pasó de mis abuelos hasta a mi hija. Nosotros vendemos miel de abeja 100% orgánica y el proceso de las huertas ha mejorado nuestra calidad de vida. Este tipo de proyectos productivos que se orientan desde el colegio sirven mucho para que las nuevas generaciones conozcan todas las fases del alimento: cómo crece, manejarlo de una manera más técnica”.

 

Silvia Cristina Ortiz Burgos


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Fecha de publicación 05/10/2021
Última modificación 05/10/2021

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