Reseña Histórica de Santiago de Cali


El 25 de Julio de 1536, conmemoración del Apóstol Santiago, al son de fantasías, tambores y enarbolando el pendón de Castilla, en tierras del aguerrido Cacique Petecuy y a orillas de un hermoso río que rumoroso desciende de la Cordillera Occidental, don Sebastián Moyano, quien se apellidaba de Belalcázar, nombre del pequeño pueblo de Extremadura, antes llamado Gahete, donde había nacido hacia 1480, fundó a Santiago de Cali, Villa y río llevan el mismo nombre, etimología que continúa en el misterio.

Belalcázar, a quien los historiadores describen como 'labriego, soldado, aventurero, capitán aguerrido, encomendero, adelantado, mariscal, gobernador, alguacil y fundador de pueblos' había participado a ordenes de don Francisco Pizarro en la conquista del Imperio Inca y fundador de las ciudades de Guayaquil y San Francisco de Quito.

Según la tradición, después de la ceremonia de fundación, en el sitio que hoy ocupa el Beateario y Templo de la Merced, el cura doctrinero don Juan de Ocaña celebró la primera misa y se constituyeron Cabildo, Justicia y Regimiento, quedando como primer alcalde don Pedro de Ayala y regidor don Anton Redondo. Al partir hacia Quito, Belalcázar dejó como su lugarteniente a Miguel Muñoz.

A principios del siglo XX, la 'muy noble y muy leal', como reza su escudo, Santiago de Cali era una tranquila población de menos de 20.000 habitantes, capital del Municipio del mismo nombre del Departamento del Cauca y dos parroquias, San Pedro y San Nicolas de la Arquidiócesis de Popayan. Sus dos zonas urbanas eran: empedrado o altozano que comprendía los barrios de La Merced y San Antonio, o parte alta de la ciudad, con la mayoría de las calles empedradas y acequias al medio para recoger las aguas lluvias y conducir las que del uso de las casas se arrojan con el contenido de bateas, lavaplatos y bacinillas. El otro sector, el barrio o parroquia de San Nicolás, Bayano o parte baja, tenía la mayor parte de sus calles aprisionadas en tierra.

Cali, como centro de comercio, cruce de caminos y posada de viajeros estaba rodeada de mangas, potreros y ejidos o terrenos comunales que la Corona Española había destinado a pastaje de semovientes y cultivo de pobres. Allí pacían los ganados que la proveían con carne y leche, también era la morada de las bestias utilizadas para transporte local y viaje a las haciendas. Igualmente roznaban bueyes, caballos y mulas de las recuas que acarreaban maderas, mercancías y víveres. La principal actividad económica era la ganadería y el suministro de azúcar, carne , panela, quesos y víveres a las poblaciones del Chocó y Minas de Oro de la costa del Mar de Balboa u Océano Pacífico. Ya se iniciaba una pequeña industrialización. El casco urbano, no era densamente poblado, se extendía desde el pie de la colina de San Antonio a la calle 24 y de la márgen derecha del río al camellón que conducía al corregimiento de Navarro. Los cerros de Las Tres Cruces , Los Cristales y sus estribaciones, abastecedoras de leña por siglos, eran solo mortiñales, y la parte plana o valle se vestía de pastos, guayabos, palmeras y ciénagas. Abundaban bandadas de cloclíes, garzas, iguazas, gallitos de ciénaga, gallinazos, garrapateros, palomas y otras variedades de aves.

La ciudad se comunicaba al Norte y Occidente a través de dos puentes que cruzaban el río Cali, el Puente Ortíz en la calle 12 cuya nueva estructura adelanto el franciscano Fray José Ignacio Ortíz y posteriormente por el Puente de Santa Rosa, salida al mar por el camino del salado y la vega del río Anchicayá para llegar a Buenaventura.

De la ciudad de principio de siglo se conserva en orden de erección: La Iglesia convento de la Merced (restaurados en 1688); la Capilla de San Antonio (1647); parte del Templo de San Pedro (siglo XVII y ampliado en 1733), hoy catedral Metropolitana; La Casa de La Hacienda de Cañasgordas (siglo XVIII), La Torre Mudéjar (segunda mitad del siglo XVIII), El Convento de Misiones de San Joaquín de Cali (segunda mitad del siglo XVIII) y El Templo de San Francisco (construido por Fr.Pedro Herrera entre 1803 y 1827).

Esa población de menos de 20.000 habitantes, se ha convertido en la populosa urbe que en 1993 alcanzó la cifra de 1.788.456 habitantes y ocupa 11.166 hectáreas.

Su historia de crecimiento y pujanza requiere del concurso de todos para lograr continuar con su tradición de paz progreso y trabajo, únicos recursos que permiten que la vida sea grata y así lograr el desarrollo de todos los anhelos con un sistema de gobierno democrático que permita superar nuestra pobreza y subdesarrollo.

 

PREHISTORIA:

Santiago de Cali estuvo habitado a la llegada de los conquistadores, en 1536 por tribus indígenas entre las que sobresalían:

Los Calimas y gorrones. Subdivididos en infinidad de pequeños grupos, mas o menos independiente, como los Jamundíes, Buchitolos, Liles o Lilies, Aquales , Calotos, Bugos, Abichines, Ocaches, Buscajoes, Atuncelos, Noamaes, guacaries, Chancos, Chinches, Sonsos, Llamas, Timbas Paches y otros, con caciques como Peteo Petecuy, bajo cuya órdenes los diferentes grupos de aborigenes opusieron feroz resistencia a los conquistadores, hasta ser exterminados casi en su totalidad, dada la superioridad en armas de los invasores.

Los Calimas moraban hacia el norte en la márgen izquierda del río Cauca, y especialmente en la hoya del río Calima. Poseían estos indios una cultura refinada y son numerosas las evidencias arqueológicas encontradas en su territorio: Amplias plataformas artificiales en las laderas de las lomas con cabida para una o más cosas, ricas en jeroglíficos; sofisticadas tumbas donde abundaban objetos de oro. Con una técnica que los coloca entre los pueblos orfebres más expertos de América como lo atestíguan las inumerables piezas conservadas en el Museo del Oro del Banco de la República.

Los Gorrones, su nombre provino del pescado que constituía la principal base de su alimentación. Tejían mantas y trabajaban el oro con habilidad, fabricaban curiosos adornos con que cubrían sus cuerpos. Sus caseríos, compuestos por lo generar entre 10 y 15 casas espaciosas. El jefe principal de la tribu, Pete o Petecuy, habitaba en terreno elevado distinguiéndose su vivienda.

Al sur vivían los Jamundíes, su cacique era Jamundi, de quien tomó el nombre el río principal de esa comarca; la base de su alimentación era el maíz tostado, el pescado y la carne de los animales.

Los Quimbayas: eran una muestra de Caribes y Chibchas. Fuertes, robustos, bien proporcionados, ágiles. Cultivaban el maíz, la yuca, la arracacha, el zapallo; eran pescadores y cazadores, su bebida favorita era el vino de palma y la chicha. Sus chozas las fabricaban con varas de árboles. Andaban siempre desnudos, pero tenían a lujo pintarse la piel con achiote rojo. La orfebrería de los Quimbayas era maravillosa por sus grabados, tan artísticos, que los joyeros de hoy no han podido superarlos. En cerámica hacían realmente excepcionales ánforas, vasos, copas. Eran idólatras adoradores del demonio y creían en la inmortalidad del alma.

CONQUISTA

El descubrimiento del Valle del Cauca tuvo su origen en la expedición de Francisco Pizarro al Perú, expedición con la cual venía Sebastián de Belalcázar, quien después de fundar la ciudad de Quito, resolvió separarse de su jefe y organizar excursiones por su cuenta. Belalcázar tenía como capitanes a Pedro de Añasco y Juan de Ampudia, a quienes en 1535 designó para continuar la expedición hacia lo que hoy constituye la Nación Colombiana, siendo los primeros europeos en llegar al Valle del Cauca, después de haber descubierto la región del Patía y la de Popayán, llegaron al territorio de los Timbas, que huyeron ante la presencia de los españoles, dejando Solo sus casas y bienes. Avanzaron hasta las tierras del Cacique Jamundi, quien les puso tenaz y fiera resistencia, viéndose obligados a vencerlo en tremendas batallas.

FUNDACIÓN

Belalcázar ordenó a Miguel López Muñoz, fundar una ciudad en las afueras de la Cordillera Occidental, en un lugar cercano al mar y en la región del río Calima, lo que se hizo solemnemente el 25 de julio de 1536, día del apóstol Santiago, y se llamó Santiago de Cali, que luego fué trasladado por orden del mismo Belalcázar al sitio que hoy ocupa, designando teniente de gobernador a Miguel López Muñoz.

Muy pronto, con base en su progreso, se le nombró cabildo y alcalde.

COLONIA

Dentro de la Colonia, el Valle Santiago de Cali, estuvo bajo la dominación española y perteneció a la gobernación de Popayan y, para algunos efectos especialmente judiciales, dependió de la presidencia de Quito. La Ciudad de Cali tuvo Alférez Real, Título que significó gobierno y nobleza.

INDEPENDENCIA (1810-1830)

Al cabildo de Cali le cabe el honor de haber realizado la revolución antes del 20 de julio de 1810 El criollismo rebelde y altivo, el fervor el amplio conocimiento de las ideas de libertad, igualdad e independencia, infiltradas por dirigentes tan ilustres como los Caicedo, Vallecilla , los padres franciscanos especialmente Fray José Joaquin Escobar, estallaron en la memorable sesión 3 de julio de 1810,17 días antes del 20 de Julio, en Bogotá en el acto del 3 de julio, el cabildo de Cali pedía la instalación de juntas patrióticas independientes, gobierno de los criollos, independencia absoluta, etc. Don José Miguel Pey, Vicepresidente de la Junta Suprema de Bogotá, reconoció la importancia de esta junta del 3 de julio y felicito a los patriotas del Valle. Inmediatamente después de la rebelión de 1810, el Gobernador de Popayán, don Miguel Tacón y Rosique, organizó tropas para someter al Valle. Los habitantes caleños solicitaron auxilio a la junta Suprema de Bogotá y ésta envió un pequeño contingente al mando del coronel Antonio Baraya. Sin pérdida de tiempo, éste militar se aprestó a reforzar su personal con entusiastas vallecaucanos que, a su mando, librarían el 28 de marzo de 1811, la batalla del Bajo Palacé, dándole a la patria el primer triunfo. En este combate murió y fue el primer héroe de la causa libertaria, don José Miguel Cabal. También se distinguieron por su arrojo ejemplar Atanasio Girardot, más tarde héroe del Bárbula, y el vallecaucano José María Cabal. Esta batalla permitió la toma de Popayán. La junta de Cali, bajo la presidencia de don Joaquin de Cayzedo y Cuero, y la vicepresidencia de don José María Cabal, se instaló.

MOTORES DEL DESARROLLO

Cali emergió con relativo éxito de la crisis, conformándose la nueva comunidad, las instituciones, las normas y desde luego, la ciudad que paulatinamente se inicia, con el desarrollo de factores como el secamiento de los pantanos y el control y uso de las aguas, el mejoramiento de los caminos intra e interregionales, la apertura del ferrocarril y la carretera al mar. Es asì como en 1913 llega el primer automóvil, en 1916 la primera locomotora; la construcción de las facilidades portuarias de Buenaventura y la apertura del Canal de Panamá, la modernización de las vìas hacia el resto del paìs, la ampliación y el mejoramiento de los servicios públicos y la construcción de la infraestructura económica y social; la luz eléctrica se aprobó para Cali en 1907, al año siguiente se juega por primera vez un partido de fútbol. En 1.921 aterriza el primer avión.

La creación de instituciones básicas para el desarrollo, como la Universidad del Valle, la C.V.C., la Corporación Financiera del Valle, las Empresas Municipales de Cali y las empresas industriales, agrìcolas, comerciales y de servicios del sector privado; la promoción y el fomento de la vocación civica del pueblo caleño y su traducción en obras tan concretas y decisivas como "la carretera Simón Bolívar"; la existencia de un culto al trabajo; la actitud abierta y proyectada al Valle, al Occidente, al pais y al mundo.


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Fecha de publicación 11/05/2004
Última modificación 11/05/2004

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