Los hijos de Colombia por adopción fortalecen el crisol de culturas de nuestro territorio

Como sinónimo de inclusión y diversidad, Santiago de Cali abre sus brazos y puertas a 20 nuevos colombianos por adopción, entre ellos don José Antonio Fernández Díaz.

Después de jurar ante el país y la Constitución, un número de 20 extranjeros se nacionalizaron colombianos por adopción en ceremonia presidida por el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, quien por delegación de la Cancillería llevó a cabo este procedimiento en el Centro Cultural.

En ese sentido, la ciudadanía le fue otorgada a 11 venezolanos, cinco cubanos, dos españoles, una argentina y un peruano. Para el mandatario local, esta ha sido una oportunidad de gran valor de hacerles un reconocimiento y recibimiento, a las personas que están llegando al país y que tomaron la decisión de volverse colombianos en esta capital.

“Con estas nacionalizaciones se fortalece el crisol de cultura que es Cali, la cual se hace una ciudad potente, que respeta la diversidad e incluye”, subrayó el burgomaestre.

Entre los nuevos hijos por adopción se encuentra don José Antonio Fernández Díaz, nieto de uno de los ingenieros que construyó el Ferrocarril del Pacífico. Arribó inicialmente a Buenaventura, en 1948 y desde Asturias, junto a su madre, una hermana y su padre, que era militar español, llegando este a trabajar en el área de la seguridad en empresa familiar.

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Nacido en 1939, cuando apenas iniciaba la II Guerra Mundial, aprendió a bailar currulao y mapalé a orillas del litoral, bajo el halo de Mercedes Montaño, conociendo de paso a Petronio Álvarez. Su gusto por la música lo llevó a ser cultor también de otros aires como bambucos, guabinas y pasillos, ubicándolo muy cerca a Ginebra, donde también representó con donaire estas lides en el Festival ‘Mono Núñez’.

Con referencia a su nacionalización sostiene: “siento una emoción muy grande de ser colombiano, porque mi vida ha sido un total apego por esta tierra; a tal punto que mi esposa, mis tres hijos, mis nietos, bisnietos y sobrinos son nacidos aquí”.

Don José Antonio, hoy aferrado a un bastón, vestido con elegancia y con el pelo coronado de canas, ya sin acento español, ha sido un hombre vinculado a entidades y actividades cívicas, como quiera que fue miembro de los clubes rotarios de Buenaventura y Guadalajara de Buga y condecorado también por el Ejército Nacional en 1994 con la medalla José María Córdoba, en la categoría de Gran Caballero. Además, fue miembro de la junta directiva del Festival de Música Andina ‘Mono Núñez’ y uno de los fundadores del festival de la Plaza, entre otras distinciones.

Manifestó que con este palmarés, no es que haya esperado mucho para nacionalizarse. Lo intentó, pero infortunadamente una serie de trámites se cruzaron con sus labores, lo que no permitió llevar a cabo este procedimiento legal. “Hace poco dije, yo no me puedo morir sin ser colombiano y aunque tácitamente lo era, quería que el papel lo dijera”, precisó.

Finalmente y después de firmar el acta, jurar, recibir el pabellón patrio y entonar las notas marciales del himno nacional, don José Antonio Fernández Díaz, el mismo que hace 74 años arribó a las fértiles tierras bañadas por el río Cauca y el Océano Pacífico para formar su propia familia, manifiesta con alegría y orgullo que ya su cédula no dirá más extranjería, sino ciudadanía colombiana.

Jorge Iván Ospina Gómez – Alcalde de Cali