“Nací para servir”: Jesús María Lerma gestor comedor comunitario ‘Semillas de Amor’

Jesús María Lerma es un hombre de 64 años, un luchador que arribó a Cali huyendo de la violencia desde Guapi, Cauca y que al ser acogido por esta ciudad se dedicó a servir a los demás, colocando en firme hace más de siete años el comedor comunitario ‘Semillas de amor’, donde diariamente se brinda un plato de comida a más de 150 habitantes del norte de la ciudad.

Mirando hacia lo más alto del sector Altos de Menga se observa este mágico espacio, un lugar admirado por los colores que adornan su fachada y la calidez humana que transmite don Jesús junto a su esposa Luz Erlinda Moreno, quien no solo ha dedicado su tiempo para acompañarlo en esta larga travesía, sino que es la encargada de alegrar corazones con la preparación de los alimentos.

“Soy líder comunitario hace más de 35 años, en ese tiempo logré comprar un lote que le pudiera servir a la comunidad porque realmente es una comunidad muy pobre; así que al mirar las necesidades me lance como líder y abrí una fundación sin ánimo de lucro, tratando de luchar por ellos”, comentó Jesús Lerma. 

Una trocha sin pavimentar y la inclemencia del sol a eso del medio día no es excusa para que madres cabeza de familia, adultos mayores y niños lleguen diariamente a recoger sus alimentos, con un sonrisa de agradeciendo hacia los gestores, que pueden ejercer su compromiso social de la mano de la Alcaldía de Cali y la Arquidiócesis de la ciudad. 

“Creo que el hambre genera violencia, así que por eso también me vinculé al programa y gracias a Dios se le ha dado vida a este comedor; todos los días desde las 11 de la mañana ya están haciendo fila y es definitivamente algo que ellos agradecen  y que si no estuviera en el sector la convivencia acá no sería igual”, expresó el gestor con una sonrisa tímida.   

‘Semillas de amor’ se suma a la labor que realizan cerca de 2.600 gestoras y gestores en la ciudad, fortaleciendo el programa ‘Corazón Contento’ del Gobierno Distrital que llega a las 22 comunas y 15 corregimientos de Cali como una estrategia de seguridad alimentaria para combatir el hambre. 

“Para mí esto es felicidad, es poder atenderlos con amor y cariño; en la parte baja hay otros comedores pero las personas prefieren venir hasta acá aunque es más lejos, porque ellos saben que a todos los tratamos por igual y que nunca se les va a negar un plato de comida”, señaló Luz Erlinda Moreno.