Empresas caleñas le apuestan al Plan Estratégico de Seguridad Vial

Con el compromiso de reducir los índices de accidentalidad en la ciudad, a la Secretaría de Movilidad de Cali han llegado hasta la fecha 530 Planes Estratégicos de Seguridad Vial de empresas motivadas en participar en esta estrategia de gobierno nacional.

Así se reveló en el segundo Comité Empresarial de Seguridad Vial realizado en el Centro de Diagnóstico Automotor del Valle, CDAV, al que asistieron representantes tanto de la empresa privada como pública, así como grupos de sectores como el de los moteros. 

Para el gerente del CDAV, Carlos Santacoloma, el espacio es el ideal para compartir las buenas prácticas que vienen realizando las empresas privadas en materia de seguridad vial, así como conocer el avance que se ha tenido en la radicación de esos planes en la Secretaría de Movilidad.

Y en ese sentido, este organismo informó que de los 530 planes recibidos, 425 están en la jurisdicción de la ciudad y 105 son de afuera, los cuales se han guiado para que los registren en las secretarías de las ciudades a donde pertenecen.

También se conoció que 115 se han revisado y devuelto para ajustes y a 310 solicitudes les han entregado respuestas parciales, con lo que se busca que los planes contengan los cinco ejes de seguridad vial como lo son el institucional, el comportamiento humano, los vehículos seguros, las vías seguras y la atención a víctimas.  

En el encuentro se invitó a las compañías a que desarrollen su plan o continúen con el trámite de aprobación, con el que se logrará ir por un solo camino en materia de seguridad vial.

Cabe resaltar que el pasado mes de julio, cuando se formalizó en Cali el Primer Comité Empresarial de Seguridad Vial de Colombia, el secretario de Movilidad de Cali, Juan Carlos Orobio Quiñones, resaltó la disminución en el primer semestre de este año del 17% de heridos y del 10% de muertos en accidentes de tránsito en la ciudad, como un resultado del trabajo que viene realizando la dependencia en la parte de infraestructura, educación y control.

Alejandra M. Hernández