Guardianes de la Calle, son Guardianes de Vida

¿Qué son realmente las personas y qué son capaces de hacer? Esta pregunta que aplica para todos los seres humanos plantea un paradigma basada en las oportunidades que se le pueden dar y las capacidades que se pueden potencializar, este enfoque conocido como ‘el desarrollo humano’, puede ser que no lo hayan leído Carlos, Alexandra y Catherine, pero lo cierto es que hoy su vida tiene muchos que ver con esta definición.

Los tres   encontraron en la droga el camino para convertirse en habitantes de calle, esto significa haberlo perdido todo, literalmente. Empezaron de a poquitos hasta descubrir toda la oferta de consumo de drogas. Los tres contaron con familias que lucharon hasta donde pudieron, pero se dieron por vencidas y se resignaron al ver como la calle les robaba a los suyos.

Y así como un día un amigo los invitó a ‘probar’, otro amigo los invitó a conocer la Fundación Habitantes de la Calle, un lugar estratégico donde, con apoyo de la Secretaría de Bienestar Social de la Alcaldía de Cali, realizan un trabajo que busca la resocialización de los individuos.

Luego de un tiempo, distinto para cada uno, un día terminaron su paso y acompañamiento por Samaritanos de la calle, sin que dejaran de hacerles seguimiento a su compromiso de enfrentar la vida con nuevos retos.

“El compromiso desde Bienestar Social es mejorar la calidad de vida de las personas mas vulnerables, esto nos obliga a pensar en políticas más inteligentes, en buscar alianzas estrategias, en encontrarnos como iguales en un mundo donde prima la indiferencia”. Con esta frase Fabiola Perdomo, secretaria de Bienestar Social, explica cómo se decidió contratar laboralmente a estas tres personas para que fueran ellos quienes se acercaran a los habitantes de calle y los orientaran para buscar otros caminos en su vida.

“Los tres vivieron un proceso de resocialización, dejaron a un lado un mundo oscuro que los llevó a caer en lo más profundo de la droga, lo perdieron todo. Hoy su mundo sigue coincidiendo, entraron a trabajar el mismo día y en el mismo oficio. Su labor consiste en estar en lugares estratégicos donde llegan habitantes de calle y desde allí poderles ofrecer una asesoría que intente que la historia que ellos tres vivieron, sea un ejemplo para quienes deambulan por una ciudad que no siempre es tan calurosa y amable para quienes viven en sus andenes” sostiene Carlos Felipe Rodríguez coordinador del programa de habitantes de calle.

Carlos sabe que cada día es un reto para ‘estar limpio’ y cree que esta oportunidad es un camino para lograrlo. Quiere que la cifra de habitantes de calle que hay en la ciudad, hoy se reduzca, por una decisión voluntaria de quienes viven en ella.

“Todos en el mundo necesitan y quieren condiciones humanamente dignas y cuando se han perdido y se recuperan, lo que queda es poder ayudar a otros” sostiene Fabiola Perdomo, quien explica que ellos están trabajando principalmente en el Bulevar del río y en sitios estratégicos del centro de la ciudad.

Alexandra Muñoz hoy tiene su pareja, con quien vive debajo de un techo, recuerda lo difícil que fue superar su ataque de ansiedad producto de la abstinencia que le dejaba no consumir heroína. Trabaja en este proyecto y siente que puede seguir creciendo hasta poder ejercer los conocimientos que adquirió como técnico administrativo.

Katherine agradece principalmente a Dios, que hoy  le permite estar viviendo esta “nueva realidad “, esa sí es una nueva realidad.

Los tres son ejemplo, quieren ayudar a otros, quieren aprovechar la oportunidad de estar vivos. Un día alguien creyó que tenían unas capacidades más allá de ser  habitante  la calle y hoy quieren replicar el modelo de tender la mano a quien está ‘tirado en el cemento’.

Podríamos llamarlos Guardianes de la calle, no porque ejerzan una acción de vigilancia sobre el espacio público, sino por  la ayuda que pueden ejercer  en quienes habitan en él.