Como niños, habitantes de calle en proceso de resocialización disfrutaron del paseo al río Pance

Muchos nunca habían disfrutado de una salida al campo, menos habían tenido la oportunidad de compartir con los amigos una mañana llena de juegos, de juntos hacer el almuerzo y de disfrutar de la naturaleza.

Uno de los que más se gozó la jornada fue Esneider Arias Ocampo, un joven de 29 años que no recuerda cuánto tiempo vivió en la calle porque desde muy niño se dedicó a consumir droga. Hoy se encuentra en etapa 2 del proceso de resocialización que ofrece la Secretaría de Bienestar Social a través de la Fundación Samaritanos de Calle.

A él no le importó el frío, desde que llegó se metió al río, ayudó a hacer el sancocho para el almuerzo y le sobró tiempo para jugar fútbol, “yo no conocía aquí, me parece maravilloso compartir con la gente y disfrutar este espacio tan bonito, nunca hice esto con mi familia”, agregó que está muy positivo con su proceso y que piensa estudiar y salir adelante.

Otra de las personas que más disfrutó del paseo fue Nancy Fuentes, habitante de calle durante 30 años, “uno se siente aquí como en familia, compartir es muy bueno, sobre todo por el compañerismo, la colaboración y la paz que se siente, ya uno no está nervioso que lo vayan a matar a uno durmiendo por ahí en la calle”, puntualizó Nancy.

El secretario de Bienestar Social, Esaúd Urrutia Noel, aseguró que el objetivo es incrementar estas salidas de campo mientras la administración municipal explora la posibilidad de promover unas granjas para que ellos tengan procesos productivos, “es necesario tenerlos en otros contextos que den paso a la oferta institucional que permita su proceso de resocialización, que desarrollen otros nexos y otras oportunidades”, explicó Urrutia.

Paula Andrea García es la sicóloga de la etapa 2 del proceso de resocialización, explicó que esta jornada hace parte de un premio que se ganó el grupo de 23 habitantes que integran este nivel por participar en una actividad en el pasado partido Colombia- Brasil, “ esto hace parte de la ganancia de los procesos, prosociales, ellos en medio de ese mundo en el que estaban pierden la habilidad para socializar y traerlos a este espacio no solo comparten entre ellos, sino con el vecino, con el que le presta la olla, etcétera, es necesario que ellos se sientan inmersos en la sociedad”.

El sicólogo Andrés Quintana agregó que estos espacios de esparcimiento son necesarios dentro de su proceso, “porque se invitan a actividades grupales necesarios en la inclusión, en la etapa dos deben de fortalecer su autocuidado y estabilizar sus conductas, así como las dinámicas de independencia en el tema terapéutico”.