Boletín 2
Agosto 29: Día Internacional Contra el Ruido
Los seres humanos que vivimos en las grandes urbes nos vemos afectados, día a día, por agentes externos que en mayor o menor grado, afectan nuestro diario vivir. Uno de ellos es el ruido, que proveniente de distintas fuentes, puede ir en detrimento de la calidad de vida de una persona. Es así como un ruido constante y alto en decibeles- unidad empleada para medir la intensidad sonora- altera un entorno para la vida. |
El 29 de Agosto es el Día Internacional Contra el Ruido, con el cual se pretende hacer un llamado de atención a todos los estamentos, oficiales y particulares, para prestar más atención a los potenciales danos que se pueden ocasionar con un alto nivel de decibeles.
Se considera como ruido a todo sonido inarticulado y confuso, alboroto no deseado por el receptor, considerado como un contaminante, es decir, un sonido molesto que, a corto, mediano o largo plazo, puede ocasionar efectos fisiológicos y psicológicos nocivos al ser humano.
Es, entonces, el ruido es todo aquel sonido (molesto e indeseable) que interfiere en la actividad habitual o el descanso de las personas.
La contaminación acústica es un problema medioambiental, cada vez más presente en la sociedad moderna, dado por el desarrollo de actividades industriales, de transporte, por la construcción y las actividades lúdicas y recreativas. Tiene una serie de efectos sobre las actividades habituales alternando el sueño, el descanso, impidiendo la concentración y generando estados que pueden facilitar enfermedades auditivas, de tipo nervioso y cardiovascular.
Existen diversas fuentes generadoras de ruido en las ciudades pero la principal es el tráfico vehicular, debido entre otras cosas, a que las ciudades, en gran parte, no están concebidas ni adaptadas para soportar los medios de transporte.
Según datos obtenidos sobre informes de contaminación acústica de la Unión Europea, una cuarta parte de la población está expuesta a niveles de ruido superiores al límite de tolerancia fijada en 65 decibeles (dB). El oído humano está constituido para soportar, sin daño, una carga acústica que se encuentre dentro de estos parámetros. Como referente, en una conversación normal se registran entre 50 dB y 60 dB, mientras que en una calle con mucho tráfico hay 70 dB. A medida que aumentan los decibeles se comienzan a presentar alteraciones en el cuerpo humano. A más de 60 dB se dilatan las pupilas, se acelera el pulso y el parpadeo, sube la presión arterial y el dolor de cabeza, aumenta la tensión muscular lo que puede producir dolores en cuello y espalda. |
Uno de los problemas de la contaminación acústica es que cuando detectamos los primeros síntomas de daños, ya se han producido trastornos en nuestro organismo. Algunas señas de alarma de que el ruido de alrededor es demasiado alto pueden ser si se tiene que gritar para ser escuchado por encima del ruido o si no puede entender a alguien que está hablando a una distancia corta. La sordera (hipoacusia) aparece cuando se presentan niveles de 90 dB y superiores mantenidos o constantes. Una razón por la cual la gente no nota el daño que el ruido produce es porque la exposición excesiva al ruido causa pocos síntomas. La pérdida de la audición rara vez es dolorosa y se presenta de una forma progresiva muy lenta. Algunas señales que pueden indicar pérdida de audición incluirían: sensación de pesadez en los oídos o taponamiento, zumbidos, escuchar los ruidos amortiguados y sobretodo no oír los ruidos de timbre alto, cuando se está entre una multitud o en un lugar con mucho ruido de fondo. Si el daño continúa, la audición disminuye aún más y los sonidos de tono bajo se vuelven difíciles de entender.
Otros efectos o consecuencias que produce el ruido sobre la salud además de los auditivos incluyen trastornos psicológicos como conductas de irritabilidad y agresividad, estrés, fisiológicos como aumento de la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria, alteraciones del sueño y del descanso lo que conduce a falta de atención y aprendizaje, somnolencia, cansancio y bajo rendimiento. La perturbación del sueño en la actividad diaria es una de las principales consecuencias de este problema. Existe preocupación sobre el efecto que pueden tener los reproductores de MP3 sobre la audición. Uno de los problemas es que, con estos dispositivos, el volumen es con frecuencia alto y además se recibe directamente sobre el conducto auditivo. |
Además, debido también a su comodidad y facilidad de uso se puede escuchar música durante un prolongado período de tiempo al día. Las medidas para utilizarlos correctamente y evitar efectos indeseables sobre la audición incluyen fundamentalmente un ajuste adecuado del volumen en casa o en un lugar sin ruido, para no caer en la tendencia a poner muy alto para bloquear el ruido del exterior. El volumen debe permitirnos escuchar los sonidos de fuera. También intentar limitar su uso diario y no sobrepasar las 2-3 horas diarias.
El sitio de trabajo es un lugar de riesgo donde la exposición al ruido puede ser muy importante pues hay importantes fuentes de agresiones auditivas. La prevención primordial debe basarse en educar a los empleados medidas de prevención como orejeras, tapones, realizar descansos periódicos entre otros. Hay que tener en cuenta además que el riesgo de pérdida de capacidad auditiva se incrementa tanto con el nivel de decibeles soportados como con la cantidad de años durante los que se esté expuesto al ruido.
La sordera está reconocida incluso como "enfermedad profesional", para ciertas actividades laborales, siempre que se constate la relación causa-efecto.
Brinde, pues este día, un espacio para reflexionar acerca de las consecuencias que se tienen al estar expuesto al ruido excesivo, sus consecuencias y cómo evitar que este agente externo nos llegue a perjudicar.
Fuente: http://www.mapfre.com/salud, Adaptado del artículo escrito por: Dra. Eva Ormaechea Alegre - Especialista en Medicina Intensiva - Medico Consultor de Advance Medical