Se cumplieron sueños de 3464 personas de tener casa digna y propia en Potrero Grande

Se cumplieron sueños de 3464 personas de tener casa digna y propia en Potrero Grande

Martha Cecilia Angulo Mondragón  dice que en las mañanas cuando se levanta abre los brazos y le da gracias a Dios por esa casa que hoy  ya tiene. “Es una sensación que no puedo explicar, le doy gracias a Dios porque él tocó los corazones de todos, para que hoy tuviéramos nuestra vivienda digna y propia”.

Ella es una de las 3464 personas beneficiadas  que vivían en situación de riesgo en el jarrilón del río Cauca, en el sector de Brisas de un Nuevo Amanecer.

Martha Cecilia Angulo es una afrodescendiente oriunda de Puerto Merizalde en Buenaventura, que llegó a Cali a los 13 años en búsqueda de un mejor futuro. 

“Trabajé interna en casas de familia muchísimos años, hasta que tuve mi hijo, entonces  ya me veía obligada a pagar arriendo,  fui a dar a ese sector de Brisas de un nuevo Amanecer, donde no pasé sino necesidades y angustias”, sostiene y de inmediato agrega que con palos y plásticos armó una ramada en la que vivió por más de tres años.

“Hoy cuando llueve,  me asomo por las ventanas y hasta risa me da, porque ya solo es un recuerdo las noches que pasábamos en vela por el invierno; el agua y el lodo nos llegaba hasta la cintura”.

Siempre escuchó por los medios de comunicación que todos los ciudadanos tienen derecho a una vivienda digna y hoy se confirmó. Con una sonrisa amplia se toca las mejillas y dice:  “Ya tengo un techo para  mi familia, mi casa está ubicada en la manzana 6 de Potrero Grande, y no me voy a cansar de agradecer, esto me cambió la vida, además me dio una estabilidad emocional”.

Rosa Delía Hurtado, una madre cabeza de familia de tres niños, todavía se pregunta cómo aguantó tanto viviendo en el jarrillón del río Cauca.

“El peligro era latente de día y de noche, la vida allá fue tenaz, si llovía perdíamos todas nuestras cositas y el verano también era desesperante, los mosquitos y otros bichos nos enfermaban”, sostiene esta madre, quien también es otra de las personas beneficiadas con vivienda en el sector de Potrero Grande.

Recuerda que fue muy incrédula cuando le hablaron de este proyecto que reubicaría a las personas que vivían en riesgo en el Jarillón. Hoy que ya está viviendo en su casa dice que se siente revitalizada para seguir luchando y sacar a sus hijos adelante.

“No tuve que sacar un peso de mi bolsillo y mi casa es una realidad, voy a seguirla guerriando duro por ellos, yo voy a tocar puertas para poder trabajar y poner mi casa bien bonita, estoy tan feliz que todavía no me la creo”.

Elizabeth Vernaza

 


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Fecha de publicación 16/07/2014
Última modificación 17/07/2014

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