El Tororoi Bailador: un tesoro de la biodiversidad local

El Tororoi Bailador, especie de ave única y cautivadora, ha conquistado los corazones de caleños y caleñas, así como el reconocimiento de la comunidad científica.

Nombrada en honor a su característico baile de cortejo, esta pequeña ave fue descubierta en los predios de conservación del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente-Dagma, en el majestuoso Parque Nacional Natural Farallones de Cali.

Colombia, la nación líder en riqueza de aves a nivel mundial -con aproximadamente 1897 especies-, alberga cerca del 50% de estas en el Valle del Cauca y aproximadamente 561 en la hermosa ciudad de Cali.

El Tororoi Bailador se convirtió en la especie número 562 que se suma a la fascinante avifauna de la región. Pertenece al género Grallarícula y su presencia se traduce en un hito para la ciencia y la conservación del medio ambiente.

Pertenece a la familia Grallariidae y se caracteriza por su plumaje marrón oscuro y su llamativo pico largo y curvado. Su tamaño es relativamente pequeño, con una longitud promedio de alrededor de 18 centímetros y destaca por sus alas cortas y su vuelo limitado.

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Una de sus características más notables es el pico largo y curvado, que le permite explorar el suelo en busca de insectos y otros invertebrados.

Su plumaje le brinda un excelente camuflaje en el entorno forestal. Además, es conocido por la capacidad de moverse rápidamente por el suelo, de manera sigilosa, lo que le ha valido su nombre común de ‘bailador’.

Su dieta se compone principalmente de insectos, arañas y otros pequeños invertebrados. El largo pico le facilita la búsqueda de alimento en la hojarasca y entre las ramas caídas del bosque.

Una de las curiosidades más notables de esta especie es su comportamiento territorial y el canto distintivo. Durante la temporada de reproducción, los machos cantan para establecer su territorio y atraer las hembras. Este canto es un conjunto de notas agudas y melodiosas que resuenan en los bosques de Santiago de Cali.

Juega un papel esencial en el equilibrio de los ecosistemas donde habita. Al alimentarse de insectos y arañas, ayuda a controlar las poblaciones de plagas que podrían afectar a las plantas del bosque. Además y al ser una especie endémica, su presencia contribuye a la biodiversidad única de la región.

Es un símbolo de la riqueza natural de Santiago de Cali y una fuente de orgullo para la comunidad local. Su presencia en nuestros bosques resalta la importancia de conservar estos hábitats únicos y promover la protección de la biodiversidad en la región.

El nombre Tororoi Bailador proviene de su comportamiento en el suelo del bosque; cuando se mueve parece bailar de manera sigilosa y elegante, lo que ha cautivado a quienes tienen la suerte de observarlo.

Cuidar esta especie es cuidar nuestro patrimonio natural y cultural, una responsabilidad que todos compartimos.

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María Alejandra Gutiérrez