El Quilombo: el atractivo de la fiesta más importante del Pacífico

Carolina Campo Ángel, directora general del denominado ‘Quilombo’, tenía un reto muy difícil cuando se inició el XIX Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez: lograr que el público se enamorara de esta nueva propuesta pedagógica como parte de esta fiesta.
La gran afluencia de público, los comentarios de la gente, la variada programación allí realizada, dan cuenta del éxito en el que se convirtió este espacio, como una gran muestra de las distintas propuestas culturales.
En medio del agite de la programación, Carolina sacó un tiempo para dar cuenta de su trabajo y hacer algunas observaciones sobre lo que allí ocurrió.
“Al Petronio Álvarez, como lo dice la Secretaria de Cultura y Turismo, le hacía falta algo y ese algo lo descubrimos durante las discusiones del Comité Conceptual del Festival, en el que precisamos que era muy importante que la gente no solamente disfrutará de la gastronomía, la música, entre otros, sino que entendiera la riqueza cultural y social que tiene el Pacífico Colombiano y sus comunidades afro”, explicó Carolina.
Agregó que se hizo un estudio de las distintas culturas “y consideramos que, gracias a los aportes de todos, respecto al conocimiento de modos de hacer, saberes y diferencias entre comunidades, tuviéramos un entendimiento. Es decir, entendimos que una comunidad afro que está asentada al lado de un río, su cadencia vivencial, es mucho más tranquila y sus músicas son diferentes de las que viven al lado del mar. Los ritmos los impone la naturaleza de sus entornos”.
Entonces surgió el Quilombo “como una propuesta que estaría en el Festival. Y lo llamamos Quilombo, porque tiene significado de resistencia cultural, interculturalidad y diálogo, es además un espacio para que blancos, negros, indígenas y las personas de diferentes opciones de pensamiento, pudieran estar disfrutando de una propuesta diferente y novedosa”, expresó.
Al Quilombo, diariamente, llegaron en promedio unas dos mil personas. Determinar las cifras concretas fue difícil, porque fue un flujo constante y permanente de personas de todas las edades.
Desde la Secretaría de Cultura y Turismo hay una gran satisfacción por el trabajo realizado en el Quilombo, ya que se logró que hubiese otra mirada sobre los distintos quehaceres de la cultura del Pacífico.
El resumen de lo que ha sido la experiencia del Quilombo, la dio un niño al que le preguntamos que era para el Quilombo y sin dudarlo respondió: “Un lugar donde cabemos todos”. Efectivamente ese fue el propósito del Quilombo.
Quilombo para repetir
La afluencia de público que tuvo el Quilombo ratifica que esta es una experiencia que se debe repetir año tras año en el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez.
La cientos de personas que transitaron por este espacio diseñado para la familia, realizaron un recorrido por diferentes estaciones que ilustraban las tradiciones del Pacífico colombiano.
Para su noche de cierre, el Quilombo estuvo lleno de sorpresas que captaron la atención del público. El tercer Festival de Barbería Barber Shop o batalla de barberos, permitió un homenaje al creador del festival, Germán Patiño, en el que los baberos dejaron todo su talento en las cabezas de sus modelos, quienes con el rostro de Patiño desfilaron por la calle del Quilombo. Lo más llamativo en esta actividad fueron las mujeres barberas, una nueva generación que le aporta otros aspectos a este arte catalogado solo para hombres.
Además, se contó con el body painting o maquillaje corporal, un arte que mostró a los asistentes la inclusión y la importancia de la cultura afrocolombiana a través de una herramienta creativa utilizando los cuerpos, resaltando los colores y los paisajes del pacífico colombiano.
Además, se realizó el reconocimiento especial a Cinthya Montaño, como ejemplo a las nuevas generaciones para preservar las tradiciones culturales del Pacífico y a la maestra Aurelia Carvajal, gestora cultural que trabaja por los niños fortaleciendo la cultura del pacífico.
Secretaria de Cultura y Turismo / Manuel Tiberio Bermúdez - Mitchell Ruiz