Un “Caballero” que sí tiene memoria…

Nadie, que pase por la Ciudadela Educativa Nuevo Latir, puede sustraerse a la emoción que produce su imponencia, y cómo destaca en este entorno del Distrito de Aguablanca esta moderna y bella edificación que será la que acoja a miles de estudiantes de esta poblada zona de Cali.
Hablamos con un hombre quien, debido a su oficio, tiene muchas mirada sobre la ciudad del cual es oriundo: Antonio José Caballero, un experimentado periodista, que ha ido y venido por las calles de la ciudad, gozado, trasnochado y vivido y la que un día dejó para irse a hacer historia en ese complejo mundo de la reportería.
¿Qué le parece la ciudadela educativa que se hizo en este sector de Cali?
Yo creo que es una de las obras que hace tiempo no se veía en Cali. Tiempo, es tiempo. Mucho tiempo. Yo creo que esta obra marca un nuevo amanecer en Cali y lo digo porque tiene que ver ante todo con los jóvenes y con la niñez que anda mal y no digo que sea toda, pero sobre todo una juventud que está expuesta y sobre todo en estos sectores donde son vulnerables y vulnerados casi todos los días porque en muchas ocasiones hace falta la autoridad, sitios estos en los que la policía no alcanza a ejercer todos los controles y en donde el crimen está ganando terreno. Esta obra, es como una barrera imposible de saltar que se le pone a la delincuencia, que se le pone a los malos caminos que podrían tomar los muchachos y que es como un reto para estos jóvenes para que no tengan ninguna excusa para mejorar sus vidas.
Es como decirles: miren, ahí está la puerta y si entra al edificio, entra a la tecnología, entra a la cultura, ingresa a la educación, entra a la proyección de su vida y entra al futuro. Si usted toma el camino torcido se encontrará la muerte.
¿Qué le diría usted a quienes han llegado a decir que para qué la Administración hace obras tan costosas y hermosas en sectores que de alguna manera han sido marginales y marginados por el resto de la ciudadanía caleña?
Porque precisamente, hay una enseñanza en la Biblia que dice: lo importante no es pastorear las ovejas buenas, lo importante es traer la oveja descarriada al rebaño y consentirla, dialogar con ella para que vuelva al camino bueno. Eso es lo que está sucediendo aquí. Estos sectores que son precisamente como usted dice, los lejanos a las administraciones, los lejanos, los discriminados, los estigmatizados, los señalados, ahora se sienten reivindicados porque tienen la cultura a la mano y más vale que de allá, de la parte criticona, de pronto tendrían que venir a estudiar aquí también y aceptar que todos somos lo mismo.
¿Antonio, qué le gusta de la Cali que ve? No le estoy preguntando al periodista que usted es, sino al caleño, al ser humano que lo habita.
A mí siempre me ha gustado Cali, pues yo soy de acá. –Claro le digo, pero cómo te imaginas a Cali en unos 5 años--contra pregunto. Me imagino a Cali, reivindicada, con mucha música, esta no puede faltar aquí. Aquí vive la música y tenemos una variedad impresionante. Está el Pacífico, está la Salsa, los bambucos, el Festival del Mono Núñez, aquí no nos hace falta la música. Aquí lo que hace falta es un pentagrama para escribirla. Tenemos la gente, la gente de Cali todavía sigue siendo buena, hay contaminación, pero eso se va a arreglar. Hay que aceptar que Cali es una metrópoli y en la que hay que empujar el carro contra la violencia, contra la drogadicción, contra todas estas acciones dañinas que nos ofrece la sociedad actual.
Usted es un hombre al que su oficio le ha permitido estar por encima del poderoso. ¿Qué impresión le merece, el alcalde de Santiago de Cali. Lo ha hecho bien, lo está haciendo mal. Qué piensa?
Que siga…que siga…que siga. Yo no me meto en ese asunto de platas, en eso la justicia o los que sabe de platas darán su opinión y pedirán cuentas si hay que pedirlas. Todo el mundo tiene que rendir cuentas: aquí y arriba.
Pero esto, lo de las obras, se necesitaba. El Estadio, lo acabo de ver, ¡espectacular!, ese estadio quedará para muchos años más. Esta Ciudadela, ese pensamiento de la técnica y el folclor en Potero Grande, allí donde no se podía ni cruzar la calle porque se daban bala. No se podían mirar el negro con el indígena, porque se agarraban a cuchillo. Pues ahora dialogan. Eso es importante. Y esa universidad para los desplazados, como lo llama la hermana Estela Barreto, que dirige el proyecto, es un buen comienzo. Y el Alcalde, yo creo que deja un legado importante y es que la ciudadanía volvió a creer con estas obras, en que se pueden hacer. Vea, -me dice- aquí al frente, desde ayer he estado viendo la estación del MIO. Esa estación no lo tiene otra ciudad de Colombia. Es una estación de lujo. Yo creo que eso es lo que queda, las obras, lo demás, como le dije si tiene cuentas que arreglar es él quien deberá hacerlo, pero de momento, deja un gran ejemplo de que las cosas, las obras se pueden hacer y se pueden hacer bien y que Cali va a quedar verracamente buena para los próximos años”.
Le doy las gracias a Antonio José, un periodista que tiene otras miradas sobre Cali y que las comparte, porque desde su alma esta también sigue siendo su ciudad.
/ Manuel Tiberio Bermúdez / manuel.bermudez@cali.gov.co