Una legislatura histórica para Cali

Una legislatura histórica para Cali


Durante 2016 las relaciones entre la Alcaldía y el Concejo tuvieron altas y bajas, sin embargo, fueron aprobados trece proyectos de acuerdo claves para resolver los problemas prioritarios de la ciudad y para que el gobierno de Maurice Armitage arrancara bien.

“Que nos haga ‘bomba’ la camisa”, esta frase coloquial que resume la actitud con la que el empresario Maurice Armitage asumió su primer año al frente de los destinos de Cali, también se reflejó en las relaciones y la interacción que sostuvo con el Concejo de la ciudad.

De un total de 19 proyectos de acuerdo presentados para discusión en esta corporación, que es la junta directiva de la ciudad, 17 fueron iniciativa del Alcalde, los dos restantes corresponden a solicitudes del Contralor de Cali y el concejal Juan Carlos Olaya (Ver tabla).

De esas 17 iniciativas motivadas en necesidades del Municipio y tramitadas por el Alcalde y su gabinete, trece fueron aprobadas y cuatro archivadas. Más allá de los proyectos normales que cada año se aprueban, como el plan de desarrollo, la modificación al presupuesto que dejó el gobierno anterior y la aprobación de los recursos para el próximo año, hubo otros que marcaron el derrotero de esta Administración.

Luis Felipe Barrera, analista político de la universidad Javeriana, lo resumen así: “El saldo normativo aprobado en el Concejo a lo largo del año, es histórico para la ciudad. No solo por el número de acuerdos aprobados, sino por la trascendencia e importancia de los mismos. Fueron proyectos estratégicos que le dieron vida a todo el andamiaje operativo y financiero necesario para iniciar el cumplimiento del plan de desarrollo de Armitage”.

Entre los aprobados se destacan los dos proyectos que buscan mejorar la movilidad en Cali dándole sostenibilidad al MÍO como son el Fondo de Estabilización y la Tasa por Congestión, medidas que ponen al Municipio a la vanguardia en temas de reglamentación del transporte urbano.

Lina Orozco, directora del observatorio Calivisible, destaca que, si bien “el Concejo se dedicó con fortaleza a salvar el MIO por iniciativa de la alcaldía, fueron tensas las relaciones cuando se presentó el primer proyecto (archivado) porque era piloto a nivel nacional, ya que el tema de los subsidios constitucionalmente no está muy claro si se pueden dirigir a una población individualizada”.

Sin embargo, no todo fue color de rosa. Orozco señala una contradicción entre lo que ocurría en los debates a los proyectos en las comisiones y lo que pasaba en los debates de control político que se adelantaron en la plenaria. “En el caso del MÍO, por ejemplo, no puedes decir en comisión que sí es viable una salida técnica y en la plenaria, durante el control político, cambiar el discurso y pedir que regrese el transporte tradicional, como pasó varias veces este año”.

En igual sentido se expresó Antonio de Roux, presidente de Consorcio Ciudadano, “hay un aspecto que queda por dilucidar y es el de los rumores sobre la presión que ejercerían ciertos concejales para obtener puestos o cuotas en la administración municipal, a cambio de apoyar iniciativas del gobierno. Se trata de una práctica que opera a través de los contratos de prestación de servicios, y que vendría de tiempo atrás”.

Sin embargo, Barrera piensa distinto y cree que “lo ocurrido en 2016 demostró que se pueden dar pasos importantes en la construcción de gobernabilidad democrática a partir de la argumentación técnica, la deliberación pública y el control político permanente. Las tensiones políticas a lo largo del año son saludables porque demuestran que la interacción entre los poderes públicos en la ciudad está viva, es dinámica, constructiva y no está sometida a las lógicas paralizantes de la subordinación del poder o el chantaje clientelista”.

Nueva estructura en el CAM

Sin duda un proyecto que acaparó la atención de los caleños fue el que le dio facultades especiales al Alcalde para llevar a cabo la Reforma Administrativa que permitió diseñar una estructura “más moderna, que responda oportunamente a las necesidades y reclamos que los caleños le hacen a su Administración”, según explica Nicolás Orejuela, jefe de gabinete y quien lideró dicho proceso.

Según la visión del analista Barrera “la reforma es la caja de herramientas para que el alcalde gobierne a través de entidades modernas y con una planta de funcionarios públicos comprometidos con estándares de idoneidad, transparencia, efectividad y participación ciudadana”, y agrega que “luego de más de 20 años sin una reforma progresista, en 2016 terminó la espera y fue posible la actualización y la evolución institucional gracias al compromiso, debate abierto y la concertación entre concejales y gobierno”.

Otro importante proyecto que permitió al Municipio ampliar la base de beneficiarios de su política de vivienda, es el que se tramitó para redefinir los criterios de quienes pueden aplicar y acceder a un subsidio en esta materia.

Después de quince años sin que el Municipio pudiera optar por un cupo de crédito y gracias al juicioso manejo fiscal que tuvo el gobierno anterior, esta Administración logró la aprobación del Concejo para conseguir un empréstito por $360.000 millones que serán invertidos en infraestructura y calidad educativa, así como en mejoramiento institucional, gracias a la financiación de una plataforma integradora con tecnología de punta.

“Nunca en la reciente historia habían sido presentados y aprobados tantos proyectos.  El trabajo a dos manos entre la Administración y el Concejo es un dinamizador para nuestra ciudad y una de las mejores noticias que podemos tener en la región, ya que el desarrollo no puede concebirse sin la participación mancomunada de los sectores público y privado”, anotó Fernando Tamayo, concejal ponente del proyecto de presupuesto 2017.

Y aunque la directora de Calivisible cree que el Alcalde contó con una coalición que le ayudó a pasar los proyectos, aclara que no tuvo “un Concejo de bolsillo”. “Los concejales fueron críticos pero estudiosos; lo que es curioso es que a pesar de la debilidad técnica que tuvieron algunos proyectos, la Alcaldía logró pasarlos, al final por acuerdos que parecen más políticos que técnicos”, recalca Orozco.

“Ojalá la relación entre el Concejo y el Gobierno Municipal se plantee a partir del estudio objetivo de los proyectos que necesita la ciudad y del control político sobre la actuación de los gobernantes, pero dejando atrás toda presión indebida, especialmente aquellas que involucren asuntos burocráticos. Este es un asunto crucial que los ciudadanos debemos encarar si deseamos que sea una realidad la democracia en Cali”, concluyó de Roux de Consorcio Ciudadano.

Barrera, el analista político de la Javeriana, es más optimista y piensa que “esta alianza entre la junta directiva del municipio y su gerente general, debe prolongarse y evolucionar para que responda asertivamente a las necesidades del ciudadano y le genere mayor confianza en la gestión de los recursos públicos de nuestra casa común”.


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Fecha de publicación 28/12/2016
Última modificación 28/12/2016

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