Campanas de la Ermita tienen esculpidos los tañidos de la historia de Cali
El repique cada 15 minutos de las 6 campanas de la iglesia La Ermita, donadas el 25 de julio de 1936 por las colonias antioqueña y caldense, continúan haciendo parte de la ciudad que este viernes 25 de julio cumplió 478 años de fundada.
Desde lo más alto de la iglesia, que fuera conocida con el nombre de Nuestra Señora de los Dolores, estos testigos sonoros del discurrir del villorrio -que se convirtió en una urbe de cerca de dos millones y medio de habitantes- repicaron imponentes en el acto que el Gobierno Municipal le rindió a la capital vallecaucana en su onomástico.
Allá en lo alto, retando los rascacielos, siguen trinando las moles sonoras, mientras siguen esculpidas en ‘sus pieles’ los nombres de los benefactores de quienes hicieran parte también de la reconstrucción de la Ermita, entre ellas la señora Francisca de Castro, junto a otros agradecimientos más –según data en el relieve de las mismas-.
Una de esas placas que también está labrada en la iglesia tiene grabado el agradecimiento a Micaela Castro Borrero, matrona caleña que ayudó a la reconstrucción de este ícono caleño, luego de que un terremoto casi la borrara del mapa, en 1925.
Abajo, el alcalde de Cali acompañado del río tutelar y durante una tarde veraniega y en medio de la caleñidad, hablaba de lo importante que es serlo y de vivir en esta ciudad, que se abre paso hacia su progreso y su desarrollo y contrayendo bienestar para todos.
Para él, la Ermita y su concierto de campanas han sido parte de su crianza, pues se levantó desde párvulo escuchando el Ave María que emanaban estos avisadores de bronce, en aquellos tiempos cuando vivía en la calle 6ª #5-31.
Aunque los desprevenidos viandantes muchas veces no escuchen el tañir, en lo alto de la torre de La Ermita se asoma una joya, más que una pesada estructura de media docena de campanas de bronce fundidas en Paris, las cuales si bien en un principio dejaban salir su “llamado sonoro” gracias a las cuerdas, las poleas y la fuerza del sacristán de turno; en 2003 quedaron ligadas a la tecnología canadiense y a un software con 64 melodías, entre las que se siguen destacando el anunciador Ave María, el Westminster del reloj Big Ben de Londres y otros toques que llaman a matrimonios, funerales y fiestas religiosas.
El mandatario caleño dijo que La Ermita y sus campanas hacen parte del nuevo centro que empieza a transformarse en una ciudad que día a día se construye para todos y en la que debe haber compromiso para que su nombre suene con intensidad y este se escuche más allá de las fronteras nacionales, como lo ha sido esta tradicional iglesia, ubicada en el cruce de la calle 13 con el Paseo de la Avenida Colombia y respaldada por el teatro Jorge Isaacs, el antiguo edificio de Coltabaco y el parque de Los Poetas.
Gustavo Sánchez
Fecha de publicación 25/07/2014
Última modificación 25/07/2014