Ángeles y Administración Municipal brindan alimentación con calidad a personas vulnerables

Ángeles y Administración Municipal brindan alimentación con calidad a personas vulnerables

“Puedo ir a rebuscarme tranquila porque sé que mis dos hijos no van a aguantar hambre, gracias al comedor que funciona hace varios años en el barrio. Si se llega a acabar, la miseria llegaría a mi hogar”.

Con esta frase Martha Cecilia Cardona, beneficiaria del comedor comunitario de Calimío Desepaz, resumió lo que muchas madres opinan de la existencia de restaurantes gratuitos cercanos a sus casas, pero que funcionan gracias al apoyo de la Administración Municipal y de fundaciones sin ánimo de lucro.

La misma historia se repite en 50 comedores ubicados en los territorios TIO (Territorios de inclusión y oportunidades) y que comprenden sectores como el Jarillón, la cuadra del Humo, Marroquín, Siloé, Cinta Larga, Manuela Beltrán, el Realengo, entre muchos más que tienen en común la pobreza del sector, la rótula de zonas peligrosas, la necesidad de salir adelante y al menos  la alimentación básica totalmente insatisfecha.

Para ello la Administración Municipal, a través de la gestión del programa TIO, aforó recursos por más de $500 millones que serán destinados a este propósito y beneficiar a más de 10.000 personas. Una de las entidades ejecutoras es la Pastoral Social de la Arquidiócesis y fundaciones que hacen el trabajo altruista de cocinar y llevar comidas con menú balanceado según los protocolos de Salud Municipal.

“Atendemos a menores de edad, adultos mayores y jóvenes en alto riesgo quienes desde las 11:00 de la mañana vienen y encuentran su proteína, fruta, postre y una comida hecha con mucho amor”, afirma María Eugenia Mosquera, líder y cocinera del comedor María Auxiliadora, en el barrio Calimío Desepaz y que beneficia a 90 personas de dicho sector.

El programa, que funciona con o sin apoyo estatal, inició hace una década y cada vez coge mayor fuerza entre la comunidad. Cada espacio tiene historias de vida irrepetibles y su común denominador para sus benefactores es la satisfacción del deber cumplido y servirles a sus similares.

“Todos los días le pido a Dios que me ilumine para cocinar de la mejor manera, que los ancianos sientan que comen con amor, rico y que los niños se puedan ir a estudiar o lleguen de estudiar y no pasen hambre. Las ayudas se reciben de toda parte. El banco de alimentos vende muy barato; los jóvenes perdidos en el vicio nos respetan y las madres no sufren la zozobra de no tener que darle de comer a sus hijos. El sitio es muy peligroso, pero yo soy feliz sirviéndoles a las 120 personas que diariamente vienen”, fue el testimonio de Norma Muñoz, quien todos los días viaja desde el corregimiento de Dapa para cocinar y hacer actividades en el sector del Jarillón, denominado Samanes del Cauca en la comuna 21.

Este programa responde a la priorización social que el Alcalde Armitage realiza con todas las dependencias y que tiene como artífice a la estrategia TIO, que va por cada una de las comunas vulnerables recogiendo necesidades y gestionando presupuesto para satisfacerlas, brindando a la comunidad calidad de vida y mejoramiento de las condiciones sociales.
Anna María Castro Casas


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Fecha de publicación 26/05/2016
Última modificación 26/05/2016

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