Escritoras caleñas salieron con un ‘Premio Nobel’ en el corazón

Los abrazos, los besos y el calor humano que más de 60 estudiantes les dieron a las 22 escritoras caleñas que promueven la lectura a través del programa ‘Sultana de letras’ promocionado por la administración del alcalde Maurice Armitage, fue para ellas como un premio Nobel que les llegó al alma.

Para la novelista Paola Guevara, esta experiencia fue algo único. “Estoy feliz, nunca me imaginé que fuera tan emotivo encontrarme con los lectores jóvenes de Cali, ver sus intervenciones tan acertadas y cálidas. Estoy en shock. Definitivamente, Cali es una fuente infinita de creatividad y esta cantera de niños y jóvenes lectores se tiene que promover con una política seria y responsable que asigne presupuestos generosos para ellos”.

La escritora de cuentos, Silvia Andrea Valencia, manifestó que compartir experiencias con jóvenes es necesaria para visibilizar a las mujeres y para que los chicos se encuentren con un escenario diferente, donde el héroe no es el que está haciéndole daño a alguien sino el que comparte sus historias.

Mientras que para la poeta caleña, Alejandra Lerma, la bienvenida que les dieron los estudiantes fue preciosa, pero más emocionante fue saber que muchos de ellos habían leído las obras de las mujeres caleñas. “Gracias a la promoción de lectura que se hace en las bibliotecas públicas de Cali los chicos se enamoran de los que estamos detrás de las historias y eso es muy beneficioso, tanto para ellos como para nosotros”, manifestó.

Y concluyó diciendo que la experiencia para posicionar el talento de las 22 mujeres caleñas en este ciclo, es escencial. “Ojalá que vengan otras narradoras que cuentan imagnarios de las culturas barriales o regionales, de investigadoras y reporteras que están al acecho de historias. Que se aproveche el trabajo de las bibliotecas porque ellas son resguardos, puntos de encuentros para compartir y aprender. La red de bibliotecas de Cali es un orgullo y se tiene que seguir invirtiendo en ellas”.

El encuentro se dio en la biblioteca Daniel Guillard y en la Institución Educativa Oficial Técnico de Excelencia Empresarial litoral del Pacífico y en el colegio Dejando huella.