Oportunidades que liman problemas sociales, líos y delincuencia en la comuna 18

Oportunidades que liman problemas sociales, líos y delincuencia en la comuna 18

Empeñados en vender los productos que con dedicación elaboran durante la semana, casi una treintena de muchachos de la comuna 18 recorren los sábados las distintas calles y pasajes de la ladera suroccidental de Cali, ofreciendo escobas, trapeadores y elementos para el aseo.

Sin embargo, y mientras llega la hora de hacer ese recorrido comercial -de lunes a viernes- el enjambre de mozalbetes se distribuye el trabajo en la pequeña factoría, ubicada en la carrera 79 con calle 1 oeste del barrio Alto Nápoles.

Allí una pequeña, pero útil máquina artesanal, construida incluso con piezas de bicicleta, permite que escobas y trapeadores vayan tomando forma para hacer parte fundamental de la limpieza de los hogares circunvecinos.

Tímidamente, Diego Andrés Marín un joven de 26 años y oriundo del corregimiento de San Diego en el municipio de Samaná -Caldas- comentó mientras organizaba los productos en el pequeño cuarto que sirve de bodega, que conformar y trabajar en la fábrica es una oportunidad fabulosa para dejar atrás momentos difíciles, líos y problemas que al final repercuten en la paz y la tranquilidad del barrio.

“A nosotros nos ha llevado a cambiar, reflexionar que la ‘guerra’ y el delito no dejan nada, puesto que el crimen no paga, mientras que las escobas, los cepillos y las chuspitas dejan ‘la liga’ para llevar el pan a la casa, sin necesidad de hacerle daño a la gente”.

Aunque su ilusión es algún día tener una droguería, Marín expresó que trabajar en la fábrica le da muchas luces para saber cómo se administra un negocio y cómo puede innovar para que la inversión brinde sus frutos.

De igual forma y mientras organizaba paquetes de elementos conformados por balde, trapero, cepillo y escoba, Óscar Osorio, de 33 años, nacido en Cali y padre de 2 hijos, explicó que este apoyo del Gobierno de Cali les ha dado la mano tanto para alejarse de malas costumbres, como para llevar “la papa” a la casa.

“Esta microempresa también sirve de ejemplo para que nuestros niños vean que hay otras mejores opciones de vida, basadas en el emprendimiento laboral y las ganas de uno salir adelante”, anotó.

Agregó que “desde hace tres meses ha sido todo tan positivo que la misma comunidad nos está llevando en la buena, nos ha empezado a reconocer y a comprarnos los productos, acabando con el miedo, las fronteras invisibles y fomentando la convivencia de día y de noche”.

Mientras termina de organizar la mercancía de la mañana, Osorio dijo que espera que cada vez más las puertas de la vecindad se abran, en especial la de los almacenes y supermercados de la comuna, para que la venta sea tanto al detal como al mayor y así seguir por la senda del crecimiento económico y social de la pequeña empresa.

Gustavo Sánchez


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Fecha de publicación 22/10/2014
Última modificación 22/10/2014

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