Cali protege el medio ambiente con sentido social, también en Semana Santa
Aunque sus manos tenían la huella del paso del tiempo, su corazón y sus manos estaban intactas, ante las cicatrices de un pasado marcado por el dolor de la violencia, que a pesar de arrebatarle su ‘tierrita’, no acabó con sus sueños, sino que la dejó con sus saberes guardados como un tesoro.
Ella es *María, una de las 50 mujeres de la Fundación Hernán Rivas Urrea, que elaboró los ramilletes que se comercializaron durante el pasado Domingo de Ramos en Cali.
Esa fecha religiosa que dio apertura a la Semana Mayor que vive el mundo católico, fue sin duda muy especial.
El ramo no era de palma de cera, iraca o corozo, especies arbustivas que se hacen cada vez más escasas, afectando la flora y fauna, como el loro orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis) que se encuentra en estado crítico de extinción.
La creación de *María fue con las hojas de las palmas africanas, producto de los trabajos de mantenimiento que realiza el Dagma en la ciudad.
Esta fue la primera vez que la mujer nativa de Caqueta vendió sus ramos en Cali. “Ella los vendía en su ciudad y hacerlos lejos de sus raíces, por culpa de la violencia, ha sido una terapia, una experiencia muy bonita”, dijo María Angélica Mosquera Mosquera, directora de la Fundación Hernán Rivas Urrea, que vincula a mujeres cabeza de familia, mujeres embarazadas y madres adolescentes.
Para la directora del Dagma, Martha Cecilia Landazábal Marulanda, la estrategia de conservar las palmas nativas y hacer a su vez labor social, resultó una experiencia gratificante.
“Trabajar de la mano de la comunidad es una camino que cada vez fortalecemos más. Esta es una muestra de las actividades ambientales que lideramos con sentido social. Cada año el llamado es a cuidar las palmas nativas y hacerlo esta vez con la Fundación fue un ejercicio de impacto positivo para el medio ambiente y para las vidas de las 42 mujeres que participaron en la elaboración de los ramos”.
La comunidad caleña también brilló
Aunque el Dagma decomisó 980 ramos que serán utilizados como compostaje, la directora de la autoridad ambiental, Martha Cecilia Landazábal Marulanda, resaltó el comportamiento de los caleños.
“Si bien es cierto que la cifra es alta, también debemos reconocer que vimos notoriamente plantas ornamentales, así como las espigas de trigo, el carapacho u hojas de maíz conocido como amero, además de papel, en ramos artificiales”
Por su parte, la directora de la Fundación, María Angélica Mosquera Mosquera, señala que “en todas las iglesias hubo especial atención por la labor social de la Fundación, a tal punto que varias personas hicieron donaciones voluntarias para las actividades que realizamos y algunos se comprometieron a conocer nuestro trabajo de manera personalizada.
“Nuestras mujeres vendieron 1910 ramos por valor de mil pesos cada uno”, puntualizó María Angélica Mosquera.
*María, nombre cambiado
//Ximena Cabrera Minotta
Comunicaciones Dagma
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Fecha de publicación 17/04/2014
Última modificación 17/04/2014