De Argentina para Cali y el mundo

1972 no fue un año más para la gaucha Rita Paulina Posklinski. Fue cuando salió de su natal Argentina junto con su esposo en busca de nuevas oportunidades. Aterrizó en tierras colombianas. En la verde, calurosa y alegre Cali, tal y como lo cuenta ahora esta colombo argentina, de 66 años.

Rita Posklinski tuvo la felicidad de recibir de manos de María Ximena Román García, directora del Departamento Administrativo de Gestión Jurídica Pública (Dagjp) la resolución que la acredita como ciudadana colombiana por adopción,  luego de vivir casi 50 años en esta capital.

“Esta es una alegría muy grande, yo ya me sentía colombiana porque llevo viviendo aquí 45 años, país al que llegué por una oferta laboral como profesora del colegio Hebreo Jorge Isaac, a un año, con opción de dos periodos. Esta labor la desarrolla   actualmente, han sido años de grandiosas experiencias juntos a muchos de mis queridos estudiantes colombianos, que al decirme: gracias profe, me generan una satisfacción de que se está haciendo las cosa bien”, cuenta la natural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y graduada como educadora, en la Normal Nacional de su país.

Colombia con el paso de los años se volvió el paraíso para la Posklinski, porque aquí no solo se consolidó su vida laboral, sino que también fortaleció sus conocimientos al ingresar a estudiar a la Universidades del Valle.

“Al no gustarme estar quieta por ahí, sin hacer más, aspiré  a ingresar a la Valle donde estudié Ingeniería de Sistemas. Carrera que me abrió la puerta de enseñar por 13 años, programación en sistemas en la universidad que me había educado”, explica Posklinski.

Cali siendo la única ciudad en la que residió la profe Posklinski, se convirtió en la tierra que vio nacer a sus hijos, dos profesionales, que como bien dice ella, le aportan también al país que la recibió años atrás, con los brazos abiertos. Para ella sus hijos son el primer apoyo y la motivación más grande que le da la vida. 

Rita cuenta que por muchos años buscó los papeles para obtener la nacionalidad colombiana y que despertar cada día entre tanto verde, los días soleados y la atrapante brisa del Pacífico, es un sueño cumplido. Su esposo aún espera el llamado para obtener la adopción colombiana.

 Rosa Castillo M.