Augusto Rivera, el gran ausente

Augusto Rivera, el gran ausente


El miércoles 10 de octubre será la inauguración de la instalación interactiva ‘Augusto Rivera, el gran ausente’, que estará abierta al público hasta el 19 del mismo mes en la Sala Subterránea del Museo La Tertulia.

La exposición está compuesta por una serie de obras interactivas que se apoyan en elementos domésticos como la mesa, la cama y el teléfono, para que los espectadores compartan, desde la proxemia y la propiocepción, escenarios interactivos activadores de la memoria de un artista marginado y olvidado.

Es uno de los productos de las investigaciones Retrato Hablado, Primera y Segunda fase, ganadoras de las convocatoria interna de creación artística, convocada por la Vice-rectoría de Investigaciones de la Universidad del Valle.  

Está poblada de voces, sonoridades, pinturas, imágenes fotográficas y cinematográficas, la exposición proyecta la vocación de un Rivera repentista, que trabajaba sobre lienzos, paredes, manteles, servilletas de tela, platos y cáscaras de huevo. La muestra es una apropiación libre, que busca reivindicar la memoria de un artista que padeció la doble muerte: la muerte física y el olvido.

Es un homenaje al pintor Augusto Rivera. El trabajo ha sido realizado por un colectivo de estudiantes y docentes de la Facultad de Artes Integradas, en la que el investigador principal es Antonio Dorado, director de cine y profesor de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle.

La obra es un acto de resistencia para activar la memoria de Augusto Rivera Garcés, uno de los artistas más sobresalientes del siglo XX en Colombia y que hoy permanece en el olvido.  

Augusto Rivera nació en Bolívar Cauca en 1922. A los 18 años se fue con la Compañía de Variedades de Curro Romero y viajó de pueblo en pueblo, pasando por Ecuador, Perú y Chile, hasta llegar a Viña del Mar. Allí inició estudios de pintura y participó en varias exposiciones.

A finales de los años cincuenta regresó a Colombia, en donde, paralelo a sus exposiciones, trabajó como escenógrafo en la naciente televisión colombiana. La obra de Rivera fue destacada por Martha Traba, quien lo exaltó a la par de artistas como Obregón, Grau, Botero y Negret. Su pintura la inscriben dentro del expresionismo figurativo y por momentos, no lejana de lo abstracto.

En 1964 obtuvo el Primer Premio de Pintura en el IV Salón Nacional de Cúcuta. Fue docente de la Universidad de Los Andes y la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Trabajó para El Magazín del diario El Tiempo, entre 1963 y 1976, publicó obras que ilustraban artículos y poemas de autores como León de Greiff, Carranza, Gonzalo Arango, Jota Mario Arbeláez y García Márquez.

Fue un artista que desarrolló su obra en función de rupturas estéticas y es, quizás, el artista colombiano que ha explorado mayor cantidad de técnicas. Su propuesta estilística se salió del lienzo convencional. Sus murales de jerarquía lo posicionan como uno de los pintores más importantes del arte colombiano.

Un día antes de su muerte, en 1982, instaló ‘Historia de Cartagena de Indias’, uno de los tres murales con los que se inauguró el Centro de Convenciones de Cartagena.

Los dos murales restantes fueron pintados por Grau y Obregón. Hay obras de Rivera en los grandes museos del mundo, como el Moma, Fortlaunder, El Banco de la República, Museo de Arte Moderno de Cartagena, Museo La Tertulia y colecciones privadas. Paradójicamente, con el paso del tiempo, su obra ha sido marginada y se encuentra prácticamente olvidada.

Esta exposición forma parte del programa ‘Aula’, una iniciativa del Museo La Tertulia que abre un espacio para la exhibición de procesos académicos y sus resultados en el campo de las artes visuales, el cual reúne a diferentes instituciones de formación técnica y profesional, en una agenda académica que tiene como propósito reflexionar y divulgar proyectos en los cuales convergen el arte y la educación.


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Fecha de publicación 05/10/2018
Última modificación 05/10/2018

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