La música del Pacífico del maestro Nicoyembe alegró la vida de mujeres con Síndrome de Down en Bogotá

Mientras la agrupación ‘Nicoyembe’ tocaba magistral y cadenciosamente un arreglo de ‘La vamo’ a tumbá’, en la tarima del Centro Comercial Calima de Bogotá, durante la zonal clasificatoria del decimosegundo Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, dos mujeres, Lissette y Bertha Inés, se movían, intentando encontrar el ritmo, coger el paso y entonar una que otra línea de la letra de la canción.

A pesar de ello, eran las más aplaudidas, queridas y admiradas por cientos de asistentes presentes en el teatrino del centro comercial, desde las 3:00 p.m. Claro, no podía ser de otra manera. La adversidad de la vida, las conviertía en heroínas y campeonas de la vida, eran el ejemplo palpable de cómo se supera el ser humano. El Síndrome de Down con el que nacieron no pudo, ni podrá nunca, evitar que su alegría emane desde lo más genuino y auténtico de sus corazones. A lo mejor, en Bogotá, fueron las que más gozaron y disfrutaron el sonar de las marimbas, las tamboras, los cununos, los vientos y el guasá.

Y precisamente, en la capital colombiana, el maestro chocoano Nicolás Nicoyembe, se ha convertido en uno de los más reconocidos referentes y cultores de la música folclórica del Pacífico y logrando que llegue a todo público, sin distinción de raza, sexo o condición.

“Mi propósito es lograr que la gente del interior se enamore de esta música, que ella traspase fronteras para que la tradición se conserve. Soy profesor de música en la Universidad Libre de Colombia, en donde mis estudiantes de canto y percusión son profesionales de todas las áreas, asimismo, dicto talleres a niños especiales, a jóvenes de colegios y a todo el que quiera aprender”, contó el maestro Nicolás.

Ahora, su meta es llegar con su grupo a Cali, del 15 al 20 de agosto, para participar en la decimosegunda versión del Festival de Música del Pacífico más importante de Latinoamérica para aprender de otras agrupaciones, compartir su aprendizaje con los que están empezando y sembrar la semilla en los ‘Petronitos’.

Por ahora -dice- se siente realizado al ver que su música encanta a todo público, no solo a los de raza negra, sino a bogotanas de pura cepa como las hermanas Gladys, Cecilia y Martha Morales, residentes en el barrio Colseguros, las cuales separaron asiento desde la 1:00 p.m., para no perderse la presentación de las once agrupaciones de categoría libre y las tres de marimba y cantos tradicionales que “calentaron” la fría tarde bogotana.