Con orégano, cimarrón, camarón y ajo, Luz Obeida Cuenú supera la violencia y el destierro

Con orégano, cimarrón, camarón y ajo, Luz Obeida Cuenú supera la violencia y el destierro


Viviendo día tras día con el dolor de haber perdido un hermano y un primo, a manos de los grupos ilegales, a quienes sin bastarles el asesinato de sus familiares, la desterraron de López de Micay en el Pacífico, renació Luz Obeida Cuenú Carvajal, más conocida como doña Obe, atesorando entre sus manos un puñado de  orégano, poleo, albahaca, cimarrón, hoja de cebolla y ajo.

“Parece que fue ayer”, dice esta mujer, pero han transcurrido 12 años desde el día que debió huir de la violencia de su pueblo, junto con sus cinco hijos, aún pequeños: Leidy, Diana, Aura, Cristian y Adrián, dejando atrás parte de su familia, su finca cultivada con coco y cañales. El destino, Cali, capital a la que llegó, no a vivir, sino a sobrevivir.

“Es duro recordar esos tiempos en que se tomaron nuestras fincas y perdí a mis familiares por la violencia, la guerrilla y otros grupos criminales. Cuando suceden cosas tan dolorosas como esas, la familia es el empuje que tiene uno para salir adelante, así que por mis hijos debía levantarme y luchar en una ciudad que no conocía y eso hice”, cuenta Luz Obeida Cuenú.

Ahora con siete nietos, Luz Obeida tuvo que buscar empleo en una casa de familia en la que lleva seis años trabajando. Allí, además del sustento para los suyos, encontró el apoyo de sus jefes, quienes al deleitarse con la riqueza de su sazón y su sabiduría sobre la comida del litoral pacífico, la impulsaron a convertir su conocimiento gastronómico en un emprendimiento. Así nació su restaurante ‘Delicias del Pacífico doña Obe’, hoy participante en el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez.

“He participado tres veces en el Festival Petronio Álvarez. Lo hago porque quiero que las personas conozcan nuestras tradiciones y hasta los mariscos que no son tan comunes aquí, las mismas que les enseñé a mis hijos y que llevo año tras año al evento. Así como hice hace tres años, que llevé ‘empanadas y tostadas de pata de burro’, que fueron tan apetecidas, como el ‘atollao de piangüita’ o el ‘arroz endiablado’.

Cuenta doña Obe que enseñarles a sus hijos las costumbres que aprendió de su madre y abuela no ha sido tarea fácil, porque para ellos comer en los desayunos un ‘tapado de pescado’ o un ‘atollado de piangua’ es demasiado, mientras que para ella es un plato normal, que alimenta y les da fuerza, “como dirían los viejos”, explica. 

Luz Obeida, con sus poderosos ‘camarones en salsa de coco’, esos que mezcla con zumo de limón y hierbas que trae de su tierra natal, porque -explica ella- “las que se consiguen acá no son iguales a las de allá”, busca deleitar a su público y a los jurados de la Selección de Muestras y Expresiones Tradicionales del Petronio Álvarez, en donde participó en el segundo día.

Ahora la oriunda de López de Micay, espera ser seleccionada para participar por cuarta vez consecutiva en el Festival, y seguir deleitando a propios y extraños con sus exquisitos platillos, herencia ancestral del Pacífico colombiano y, además, desterrando de su alma los momentos que le arrebataron a sus seres queridos.

Rosa Castillo Manjarrés


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Fecha de publicación 10/05/2018
Última modificación 10/05/2018

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