Maurice Armitage deja huella en Cali con su programa de lucha contra el hambre

Pocos dramas humanos mueven tanto a la compasión como el hambre, mucho más cuando este ataca a personas que por sus características presentan una vulnerabilidad mayor como los niños o los adultos mayores; por eso a nadie debe extrañar que uno de los programas estratégicos de la Administración de  Maurice Armitage fue el de la lucha contra el hambre.

Es así como desde inicios del presente gobierno la Secretaría de Bienestar Social, en cabeza de Carolina Campo Ángel, asumió la responsabilidad desde su misión a favor de las poblaciones más vulnerables de liderar el programa de Lucha contra el Hambre Alimentando Sonrisas, en asocio con la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, en cabeza del presbítero Francisco Leudo.

De una inversión de $895 millones en el programa de ollas comunitarias, heredado de la anterior administración, la alcaldía de Maurice Armitage ha apropiado recursos por más de $6 mil millones anuales para dedicar a los esfuerzos de lucha contra el hambre, a través de comedores comunitarios en toda la ciudad.

Es así como de atender 4.418 personas en 2015 en 47 ollas comunitarias, Alimentando Sonrisas es hoy una red de 480 comedores comunitarios que está atendiendo a poco más de 57 mil personas en toda la ciudad, principalmente en los territorios TIO de la ladera, el centro el nororiente y el Distrito de Aguablanca en Cali.

De servir 353.400 almuerzos en 2015, el programa pasó a servir 6.000.000 de raciones a la población más vulnerable, en estos casi cuatro años.

Estas cifras de cobertura alimentaria son impactantes para cualquier esfuerzo público municipal, pero es importante decir también que el programa Alimentando Sonrisas cuenta con un equipo psicosocial, que en este cuatrienio ha atendido a más de 40 mil personas, esto ha sido de muy buen recibo por parte de la comunidad, pues los problemas asociados a la pobreza extrema como drogadicción, delincuencia, pandillaje, abandono del adulto mayor, embarazo adolescente, violencia intrafamiliar o abuso infantil son pan diario entre la población beneficiaria de los comedores, por lo cual era un clamor general brindar este tipo de atención en territorio.

Una suma de esfuerzos por el bienestar

Conscientes de la importancia de los comedores comunitarios como punto de contacto y encuentro con la comunidad, las demás dependencias de la administración se sumaron a este esfuerzo para llevar sus servicios a la población, con la oferta institucional en las jornadas Bienestar a tu Comedor, que dirigió su atención en los sectores más vulnerables de la ciudad.

De ese modo la Secretaría de Deportes y Recreación con sus programas Cali Acoge, Deporvida y Canas con Ganas benefició a cientos de usuarios de Alimentando Sonrisas en varios comedores. De igual modo, la Secretaría de Salud con toda su oferta institucional realizó jornadas en territorio, se llevó también a las comunas y corregimientos el  programa de generación de ingresos de la Secretaría de Desarrollo Económico, así como el programa de aprovechamiento del tiempo libre por parte de la Secretaría de Cultura.

Los comedores especializados recibieron también el apoyo de los ejes de la Subsecretaría de Poblaciones y Etnias, de la Secretaría de Bienestar Social, a la cual está adscrita el programa, de ese modo hay comedores con énfasis poblacional en Lgbti, recicladores, carretilleros, población indígena, adulto mayor, población en condición de discapacidad y habitante de calle, entre otros.

Este inmenso trabajo no sería posible sin las llamadas gestoras, mujeres cabeza de hogar en su mayoría (con algunos hombres también) quienes a título voluntario con un impresionante espíritu de servicio y sacrificio reciben, manipulan y distribuyen los alimentos a la población beneficiaria. Una red de voluntarias de más de  1400 gestoras y gestores que día a día trabajan silenciosamente para combatir el hambre y la exclusión en la ciudad.

Esta red está acompañada por el equipo de Gestión Humana, el equipo de Formación y el equipo de Desarrollo socioeconómico, los cuales desde sus acciones enriquecen la labor de ellas atendiendo sus inquietudes, necesidades, brindando programas de acompañamiento en formación integral, capacitación e incluso hasta cuidado personal y belleza

Para proteger el esfuerzo de ciudad, el programa cuenta con equipos de acompañamiento logístico y de supervisión, quienes velan por el estricto cumplimiento de las normas sanitarias y ambientales, los protocolos establecidos, la transparencia y buen uso de los recursos del programa y el apropiado servicio a la comunidad.

El Gobierno local, en cabeza de su alcalde Maurice Armitage y acompañado por la Iglesia Católica, por su obispo Darío Monsalve, han dado un primer paso estableciendo la prioridad y apropiando recursos como no se tiene precedente en la ciudad para un programa de lucha contra el hambre el cual deja huella en la ciudad.

Zully Anacona Peña